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TEMPERATURA ¿QUÉ VIENE? 7 DE FEBRERO DE 2022

SEAN OSMIN HAMUD RUIZ

El presidente encuentra una especial fascinación cuando consigue levantar polémica. Presume su tozudez como una virtud heroica, pues lo determinado y firme de su visión es inamovible.

No importa que las observaciones o críticas vengan de personas que le han manifestado afecto, amistad y, en su momento, apoyo para conseguir acceder al poder que hoy detenta sin parangón. Brozo, Ricardo Rocha, Denise Dresser, Carmen Aristegui y otros, han ido topando con el paredón que ha erguido alrededor de si mismo, donde reinan los otros datos, la lamentación por el constante “ataque”, el optimismo como metodología de cálculo económico. Nada que no piense o diga vale para la realidad.

Y así, todo lo anterior, desde mi punto de vista, no es lo peor. Hoy vivimos una crisis  social que se ha ido filtrando en nuestro cotidiano como esa humedad en las paredes que va menoscabando, mermando la estructura, corroyendo casi de forma imperceptible, pero de manera implacable.

¿Hace cuánto tiempo que no pueden salir los niños a jugar a la calle? ¿Desde cuándo una mujer siente miedo de ir o regresar a su trabajo o escuela muy temprano por la mañana o ya en la oscuridad de la noche? ¿Qué día fue que un periodista tuvo que comenzar a decidir si publicar alguna información es jugarse la vida? ¿En qué fecha sucedió que el derecho a la salud depende de una oficina de compras o del criterio abstracto, que no científico, de un funcionario menor? ¿Desde cuándo nos sentimos cómodos con el ataque al sistema educativo, desde lo más sofisticado como la UNAM o el CIDE, hasta en el texto y redacción de los libros gratuitos que serán base del conocimiento y aprendizajes futuros? ¿Por qué no nos manifestamos profundamente ofendidos ante la inacción de la justicia, o el abuso en la aplicación de la misma?

Y así se podrían llenar páginas y páginas de cuestionamientos que nos revelan el siniestro camino que ha tomado el respeto a los derechos humanos en nuestro país. Terrible situación que nos ha ido envolviendo, socavando, mermando, dominando.

Lo peor es justo esto. El caldero en el que nos tienen sube grado a grado su calor. Y nosotros como aquellas ranas de la fábula, sintiendo, pero no reaccionando. Ojalá comencemos ya a brincotear y no esperar a que sea irremediable el alza en la TEMPERATURA.

MICROCUENTO

Me encontré sin querer con la frivolidad. Miré directamente y me di cuenta del fondo en el que había caído. No se si haya retorno. Solo espero que estas letras me dejen reconocerme, reaccionar.